Frater Intercontinental dirige la mirada a los discapacitados con menos recursos y al protagonismo de la mujer.

logointer19/02/2014 Nota de prensa / Frater Intercontinental

El equipo coordinador de Frater Intercontinental, que radica en nuestra diócesis castellonense desde hace casi nueve años, ha viajado al corazón del África subsahariana para participar en el encuentro anual de los once países en dónde esta organización de inspiración cristiana está implantada. La presidenta mundial, Dolors Vázquez, y el consiliario, el sacerdote castellonense, Albert Arrufat, han compartido en Ruanda la experiencia de las personas con discapacidad, sus problemas acuciantes en aquellos frágiles y vulnerables países y también sus anhelos.

En esta cumbre de Frater se constató la necesidad de desarrollar y aplicar efectivamente la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad, promulgada por las Naciones Unidas, y que entró en vigor en 2008. La crisis económica, las disputas territoriales, los conflictos bélicos, los desplazados de esas guerras y la falta de estabilidad política agrava, sin duda, la situación de ese colectivo. Sin embargo, algo se mueve en la zona y se detecta, según Arrufat, una mayor concienciación, como muestra el hecho de que “el parlamento ruandés disponga de un diputado permanente con discapacidad para hacer oír la voz de esas personas que sufren en su mayor parte una fuerte marginación social”. La delegación castellonense también ha descubierto que a pesar que allí no hay recursos ortopédicos suficientes, por ejemplo; las personas se arropan más: “Se vive más en familia y en comunidad, también hay una búsqueda mayor de fe”. En Europa tenemos por desgracia, según constata Albert Arrufat, “más soledad y aislamiento”. Todo, comenta, no debería centrarse en los recursos económicos y materiales: “hay que estar cerca de las personas que sufren y los enfermos sin ningún tipo de distinción”.

Refugiados y desplazados

En dichas jornadas se produjo el relevo del presidente africano de esta organización que pasó de un congolés a un ruandés: Jean de Dieu Habimana, que fue a su vez el anfitrión del encuentro. También se acogió a Uganda como nuevo país participante de Frater y se escogió la sede del próximo encuentro, dentro de cuatro años, en Madagascar. En el encuentro se informó sobre la futura participación de Sudán del Sur, un país de reciente creación. Frater hizo hincapié en el trabajo cotidiano sobre la realidad que se vive en el continente como puede ser la de dar mayor visibilidad a las mujeres y el trabajo con desplazados y refugiados. “En los campos temporales de acogida de Goma, en la República Democrática del Congo, se contabilizan todavía 800 personas enfermas que no pueden regresar a sus hogares”. Otro ejemplo de la actividad de Frater, según el asesor religioso de Frater Intercontinental está: en Guinea Conakry donde se están llevando a cabo iniciativas muy fructíferas de diálogo interreligioso. Albert Arrufat ha deplorado las dificultades de promoción social de las personas con discapacidad en dicha zona.

Cambio de responsables internacionales

La ciudad eslovena de Celje será este verano el escenario del relevo en la coordinación mundial de Frater, una tarea que previsiblemente recaiga en Panamá. Este movimiento de personas con discapacidad, de orientación cristiana, fue fundado, recordemos, en 1945 por un sacerdote francés y poco a poco se ha ido estableciendo por todo el mundo. Más de cincuenta países están adheridos actualmente a las tareas de esta institución cristiana de carácter humanitario dirigida por y para personas con discapacidad.

Frater estima que el diez por ciento de la población padece algún tipo de discapacidad, lo que supone unos 700 millones de personas. Una cuarta parte de la discapacidad está provocada por la guerra, la violencia o las epidemias evitables. Según datos que maneja esta organización, un 80 por ciento de la población con discapacidad se encuentra en países fuertemente empobrecidos.

 

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