«Sí, le hablo del Vaticano, y sí: soy el papa Francisco»

22220054Un sanjuanino recibió el sábado un llamado telefónico a su celular: era el papa Francisco. Según dijeron en la Iglesia Católica, es la primera vez que ocurre una cosa así en San Juan.

Julio Turcumán – Diario de Cuyo  (San Juan – Argentina)

«Hola, soy Jorge Bergoglio», dijo la voz en el teléfono el sábado a eso de las 11 de la mañana. «Ahá, ¿cómo está?», respondió incrédulo el sanjuanino del otro lado de la línea. «Muy bien, me puse en contacto con usted porque un amigo suyo me hizo saber de su problema…». El sanjuanino seguía sin poder creer, hasta que al rato de charlar preguntó, un poco menos incrédulo y casi empujado por el deseo de que la llamada fuese real: «¿Me dice de dónde me llama? Porque si usted es Bergoglio, debe estar hablándome desde el Vaticano». «Sí, le hablo del Vaticano; y sí: soy el papa Francisco», respondió la voz. Más o menos ese fue el comienzo de un breve pero esperanzador diálogo entre un sanjuanino (cuya identidad se preserva por pedido del protagonista) y el papa Francisco el sábado último. No es la primera vez que el pontífice se comunica con alguna persona en el mundo para saber de primera mano sobre la vida de alguien, pero es la primera vez, según monseñor Alfonso Delgado, que la figura máxima de la Iglesia Católica se toma el tiempo de llamar por teléfono a alguien en San Juan. Son las cosas por las que todo el mundo piensa que este Papa es distinto a otros.

Según relató el protagonista de esta historia, ayer alrededor de las 15, «yo estaba en el frente de mi casa, como cualquier día, y de repente suena el celular que estaba adentro. Me avisa mi hijo mayor de la llamada, y le pido que conteste. Me dice que era de un número privado y cuando atendí, dicen del otro lado del teléfono mi nombre, le respondí que efectivamente era yo, pregunté quién hablaba, y me contestó ‘Hola, soy Jorge Bergoglio’. Claro, usted se imaginará mi sorpresa. Al principio, voy a ser honesto, no creí y le seguí el tren, pensando en que era algún amigo mío que me estaba cargando, pero empecé a dudar cuándo empezó a hablar de mi problema…», relató el hombre. Esta entrevista fue telefónica, pero a pesar de la distancia y la frialdad que impone ese tipo de comunicación, el entusiasmo con el que contaba su historia, emocionaba.

El hombre tiene una enfermedad sumamente grave y está en pleno tratamiento por estos días, según se pudo saber de uno de sus amigos, quien también prefirió no brindar datos personales. El destinatario de la llamada papal primero accedió a una entrevista, pero luego pidió no realizarla porque, justamente, gracias a las consecuencias de los tratamientos médicos, no se sentía de la mejor forma. ¿Cómo llegó Bergoglio a conocer su historia y a tener el número de su celular? Según relató, un amigo suyo le envió un mail al Papa el viernes pasado, contando el dilema del sanjuanino y esperanzado en que una comunicación con Francisco tal vez sirviera para levantar los ánimos. Según parece, el Papa leyó el mail y al día siguiente, con la tremenda e increíble simpleza que esto implica, se comunicó con el protagonista de esta historia.

«Cuando me dijo que sí, que era el Papa, me metí corriendo a mi casa, puse el altavoz del teléfono y le dije a mi mujer, ‘¿Sabés con quién estoy hablando?, con el Papa’, obviamente mi esposa casi se cae de espaldas», contó.

Consultado respecto del suceso, monseñor Alfonso Delgado aseguró ayer que «No conozco a esa persona, no sé cómo habrá sido la comunicación. Al Papa le pareció oportuno y le llamó, me alegró mucho cuando me enteré de lo que pasó, porque lo debe haber hecho con mucho afecto. Él siempre se acuerda de todos, tiene muy presentes a las personas y las lleva en su corazón. Yo en las próximas horas o mañana (por hoy) me voy a comunicar con el hombre para interiorizarme un poco más. No recuerdo que Francisco se haya comunicado por teléfono con algún sanjuanino, pero sí sé que ha respondido varias cartas, él en la medida que puede, siempre lo hace», aseguró el religioso. Incluso el gobernador José Luis Gioja fue destinatario de un texto de puño y letra del Pontífice, para responder una misiva del mandatario sanjuanino a poco del accidente de 2013 (ver recuadro). También en marzo del año pasado, la escritora sanjuanina Miriam Dolly Arancibia recibió una carta enviada directamente desde la Secretaría de Estado del Vaticano, donde le agradecían por el libro que le fue enviado a finales del año pasado. El escrito dice: «La Secretaría de Estado presenta atentos saludos y se complace en acusar recibo de la publicación remitida al Santo Padre. La misma Secretaría agradece este amable gesto, en nombre de Su Santidad, quien corresponde con un recuerdo en la oración e impartiendo la Bendición Apostólica, prensa de copiosos dones divinos». La carta tiene la firma y el sello de la Secretaría de Estado. En abril, también de 2014, alumnos de tercer año del Colegio San Pablo recibieron una carta firmada por el asesor de la Secretaría de Estado del Vaticano donde se les agradece el saludo que le enviaron al papa Francisco por su asunción y por Pascuas. En la misiva, Francisco les pedía, como en todas las anteriores, que recen por él y los resultados de sus servicios a la Iglesia. Con el papel también les envió una imagen del Cristo resucitado que los alumnos recibieron con muchísima alegría.

Las anteriores, son algunas de las historias que se han conocido porque han ocurrido muy cerca, que han involucrado a sanjuaninos, pero con sólo bucear en Internet cualquier persona se encuentra con una inmensa cantidad de relatos similares, en su mayoría de argentinos, aunque también las hay en otras partes del mundo, sobre que han recibido un llamado, o un mail, o una carta escrita de puño y letra por el Pontífice, o una correspondencia escrita y sellada por el Vaticano, lo que no es poca cosa.

«Al final -siguió su relato el destinatario de la comunicación telefónica y protagonista de esta historia- me tiró una frase que casi me mató: le pregunté que cómo era esto de que un Papa se comunique directamente con la gente y me contestó ‘Bueno, es que a veces, los papas también tenemos que hacer de curas’. Ahí me quedé con la boca abierta», relató con emoción el hombre. «Al final me arrepiento de no haber dialogado más cosas, pero no me salía mucho, me causó mucha emoción y sorpresa lo que ocurrió. Al final de la llamada nos bendijo a todos, bendijo nuestra casa, y también nos pidió que rezáramos por él, que recemos por el Papa, algo que también nos emocionó».

Luego el sanjuanino se comunicó con el amigo que no vive en esta provincia y le contó lo ocurrido. Ahí se enteró de otro dato que habla de la simpleza de Francisco: «Mi amigo me dijo que recibió un mail del Vaticano agradeciéndole a él por haberse comunicado con Francisco y por haberle dado la oportunidad a él (el Papa) de conocer mi historia y de haber podido hablar conmigo». No es la primera vez que el Papa tiene estos gestos tan conmovedores, pero cada vez que ocurren, asombran y dan esperanza. Por algo despierta los sentimientos que la gente tiene hacia él, como ocurrió en la foto que grafica esta historia, que no es más que la imagen que se produce en cada una de sus audiencias públicas