«Que la Iglesia se reconcilie con la teología de la liberación»

254893116eEs la petición que hizo a Papa Francisco Pedro Casaldáliga, a través del Nobel de la paz Adolfo Pérez Esquivel

Andrés Beltramo Álvarez
Ciudad del Vaticano

Una reconciliación con los teólogos latinoamericanos. Eso pidió al Papa Francisco Pedro Casaldáliga, obispo español y uno de los íconos de la teología de la liberación en Brasil. Lo hizo por intermedio de Adolfo Pérez Esquivel, el premio Nobel de la Paz que el lunes se reunió con Jorge Mario Bergoglio. Al Vatican Insider el activista argentino reconoció que no será fácil alcanzar ese acuerdo y anticipó: «no esperen cambios de golpe».

Duró unos 45 minutos la conversación privada, en la biblioteca papal del Palacio Apostólico del Vaticano. Originalmente el tema del coloquio era el reclamo territorial de la comunidad indígena Qom de Argentina, pero Pérez Esquivel aprovechó la oportunidad para sacar a relucir otro asunto: la teología de la liberación.

Junto con Francisco Nazar, vicario episcopal para las poblaciones originarias de la diócesis de Formosa, entregó al pontífice una copia del «Pacto de las Catacumbas». Se trata de un acuerdo firmado por 40 obispos participantes en el Concilio Vaticano II el 16 de noviembre de 1965, pocos días después de la clausura de esa cumbre episcopal.

Suscrito por algunos de los exponentes más famosos del entonces llamado progresismo eclesial (Helder Camara, Antônio Fragoso, Luigi Betazzi, Manuel Larraín, Leonidas Proaño, Vicente Faustino Zazpe y Sergio Méndez Arceo, entre otros), el pacto comprometió a los firmantes a conducir una vida austera, sin posesiones ni cuenta de banco, sin apego a los títulos ni a los bienes materiales. Su título surgió del lugar donde los obispos se reunieron, las Catacumbas de Santa Domitila en Roma.

Cuando recibió el documento, Francisco leyó la lista de quienes adhirieron y exclamó «¡Uy, quiénes están aquí!». Según reveló Pérez Esquivel: «Le interesó, dijo que lo iba a ver, nosotros nos comprometimos a hacer un trabajo para reunir a estos pensadores, como un Leonardo Boff, que han aportado tanto a la Iglesia».

Pero, en concreto, Bergoglio no se comprometió a nada. Al contrario sí aseguró que fue levantado «el bloqueo» a la causa de canonización del obispo salvadoreño Óscar Arnulfo Romero, otro de los emblemas de la lucha a favor de los pobres en América Latina.

«Yo le llevé un mensaje de Pedro Casáldáliga, quien me dijo: ‘Lo vas a ver a Francisco, decile que trate de escuchar, reflexionar y de llegar a un acuerdo, una reconciliación con los teólogos latinoamericanos. Que se preocupe por toda la cuestión de los pueblos originarios en el continente’. Eso, para mí, es una señal positiva», afirmó el Nobel.

Casaldáliga fue, durante más de 35 años, prelado de Sao Felix en Brasil. En 1988 fue amonestado por la Santa Sede a causa de su abierto apoyo al movimiento sandinista en Nicaragua. Como él, otros exponentes de la teología de la liberación tuvieron dificultades y recibieron advertencias de Roma.

Eso lo reconoció Pérez Esquivel: «Es verdad que existieron problemas con muchos teólogos de la liberación, hay que revisar muchas cosas. Las teologías nunca son definitivas, son caminos a construir».

Lo cierto es que el Papa ha sido ya sometido a solicitaciones de diversas partes para que avale tácitamente a los herederos de hoy de los históricos pensadores «liberacionistas» latinoamericanos. ¿Podrá conducir tal apertura? ¿Apoyará también las inconsistencias doctrinales contenidas en los textos de algunos de esos intelectuales? ¿Sabrá depurar conciencias e intenciones?

Al respecto el Nobel esgrimió una respuesta: «El Papa Francisco tiene un compromiso por los pobres es un pastor y esto lo está manifestando. Hay tiempos para todo, apenas lleva 100 días de pontífice, no son fáciles los cambios ahí. Hay que esperar. No esperen cambios de golpe porque no se van a dar. Hay que dar pasos, hay que ver y orientar para identificar qué es lo mejor».

¿Tendrá el ánimo para promover esa reconciliación?, le cuestionamos. «Yo creo que sí, es un hombre consciente. El Papa es un pastor, otros fueron funcionarios. Esta es la diferencia», respondió.

 

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