El Papa: los malos parecen afortunados, pero para Dios no tienen nombre

(©LAPRESSE) REFLEXIONES DE FRANCISCO SOBRE LA MALDAD
(©LAPRESSE) REFLEXIONES DE FRANCISCO SOBRE LA MALDAD

Francisco en Santa Marta: la vida de las personas malvadas va a la ruina; en cambio, el «Señor no abandona a los justos»

DOMENICO AGASSO JR  –  ROMA

Una joven madre casada y con tres hijos tiene un tumor que le impide levantarse e la cama. A una señora «con el corazón grande» la mafia le asesina un hijo. Papa Francisco afrontó las preguntas aparentemente si respuesta que historias como las anteriores suscitan, pero frente a las cuales Dios no abandona a los justos. En cambio, los que siembran el mal son para Él como desconocidos, cuya nombre no es recordado en el cielo. El Pontífice explicó esta enseñanza durante la homilía de la misa matutina en la Capilla de la Casa Santa Marta, según indicó la Radio Vaticana

Entonces, ¿por qué los malos obtienen cosas buenas? ¿Por qué sucede esto? «¿Cuál es la ventaja que hemos recibido -se preguntó Francisco citando la Carta del Profeta Melenudas- al haber observado» los mandamientos de Dios, mientras que los malos, los «soberbios», incluso «haciendo el mal, se multiplican y, hasta provocando a Dios, quedan sin castigo»?

«¿Cuántas veces -observó- nosotros vemos esta realidad en gente mala, en gente que hace el mal y que parece que en la vida le vaya bien: son felices, tienen todo lo que quieren, no les falta nada? ¿Por qué Señor? Es uno de los muchos por qué… ¿Por qué a este que es un descarado al que no le importa nada ni de Dios ni de los demás, que es una persona injusta y hasta mala, todo le sale bien en la vida, tiene todo lo que quiere, y  nosotros que queremos hacer el bien tenemos tantos problemas?»

La respuesta a estas preguntas, según el Pontífice argentino, existe. Papa Bergoglio la encuentra en el Salmo del día, que proclama «beato» al hombre «que no entra en el consejo de los malvados», y que «encuentra su alegría» en la «ley del Señor». Francisco explicó: «Ahora no vemos los frutos de esta gente que sufre, de esta gente que lleva la cruz, como aquel Viernes Santo y aquel Sábado Santo no se veían los frutos del Hijo de Dios crucificado, de sus sufrimientos. Y todo lo que hará, saldrá bien. ¿Y qué dice el Salmo sobre los malvados, sobre quienes pensamos que todo les vayan bien? ‘No así los malos: sino como el tamo que arrebata el viento, por tanto no se levantarán los malos en el juicio, ni los pecadores en la congregación de los justos. Porque el Señor conoce el camino de los justos mas la senda de los malos perecerá’».

El Papa recordó también la parábola de Lázaro, símbolo de miseria irremediable y del rico que le niega incluso migajas, uno acomodado pero sin nombre: «Es curioso, no se dice el nombre de ese hombre. Es solo un adjetivo: es un rico. De los malvados -precisó Francisco-, en el libro de la Memoria de Dios, no hay nombres: es un malvado, es un embaucador, es un explotador… No tienen nombre, solo tienen adjetivos. En cambio, todos los que tratan de seguir por la vía del Señor estarán con su Hijo que tiene un nombre, Jesús Salvador. Pero un nombre difícil de entender, incluso inexplicable, por la prueba de la cruz y por todo lo que Él sufrió por nosotros».

 

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