Discriminación a discapacitados: Las organizaciones señalan que los casos son «raros» pero «no excepcionales»

EL HUFFINGTON POST  |  Por Rodrigo Carretero

Las denuncias a establecimientos y hoteles que, supuestamente, han negado la entrada o la estancia a grupos de discapacitados intelectuales se han sucedido en las últimas semanas.

En marzo, la asociación Andi-Down denunció ante la Fiscalía de Sabadell (Barcelona) a la discoteca «Puzzle» por no dejar pasar a un grupo de chavales con síndrome de Down. La semana pasada, el objetivo de las críticas fue un hotel de Almería por no alojar a un grupo con síndrome de Down por si «molestaban» y esta misma semana otro hotel, esta vez en Peñíscola, negó la estancia a un grupo de 20 personas con discapacidad intelectual, aunque el establecimiento subraya que la negativa se debió a que no disponen de habitaciones cuádruples o triples.

Todos estos hechos hacen preguntarse si todavía se siguen dando casos de discriminación de manera habitual. Agustín Matía, gerente de Down España, asegura que la aparición en los medios de estos casos en tan corto periodo de tiempo es «casualidad». «Hasta donde nosotros sabemos, no son casos habituales, sino casos raros pero no excepcionales», señala.

Matía explica que hay ocasiones en que se pueden dar casos de «pequeña discriminación» que no trascienden a los medios, pero afirma que no es lo habitual. «Por eso, cuando se producen son muy llamativos», destaca.

Además, celebra que en España, en líneas generales, se ha avanzado «bastante» en cuanto a la integración de personas con Síndrome de Down. «Han empezado a ocupar de forma más normalizada puestos en el espacio público», asegura Matía. Como ejemplo, Valladolid puede convertirse en las próximas semanas en la primera ciudad de España en tener una concejal con Síndrome de Down con Ángela Bachiller, que todavía debe decidir si acepta el puesto.

HAY CAMINO POR RECORRER

Con todo, Matía lamenta que aún queda mucho por mejorar. «Los casos de discriminación no suelen darse por una discriminación directa, sino por desconocimiento, por ignorancia de lo que es el Síndrome de Down o la discapacidad», señala, a la vez que resalta que muchas veces se produce una «discriminación bienintencionada»: «La gente piensa que van a necesitar más apoyo de lo normal. El avance definitivo se dará cuando las personas con Síndrome de Down tengan más presencia en el mundo ordinario».

Fermín Núñez, portavoz de la Confederación española de organizaciones en favor de las personas con discapacidad intelectual o del desarrollo (FEAPS) es menos optimista y asegura que sí suelen darse casos de discriminación en el acceso a determinados servicios hosteleros, aunque reconoce que en el último año se ha avanzado significativamente.

Coincide con Matía en que en muchos casos la discriminación se produce por ignorancia. «Normalmente el argumento para rechazar a grupos con alguna discapacidad es que pueden generar violencia. No nos cansamos de repetir que en cualquier ámbito puede haber gente que busque bronca, pero la discapacidad nunca puede ser una razón por sí misma», subraya.

Además, recuerda que, recientemente, un hotel de Cádiz que acogió a un grupo de 150 personas con discapacidad felicitó formalmente a FEAPS por el buen trato de los integrantes.

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